Es gracioso pensar como a estas alturas del siglo XXI y en medio de una pandemia Fiodor Dostoiesvski y el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump pudieran quedar unidos por sus pensamientos.
El escritor ruso, en su obra Los hermanos Karamazov, le hace decir a Stárets Zosima la siguiente frase: “Quien se miente y escucha sus propias mentiras llega a no distinguir ninguna verdad, ni en él, ni alrededor de él”.
Trump sintetizó: “Las fake news son el enemigo”.
Es falso el comunicado sobre reuniones que se viralizóEsta mañana no sonó el despertador; sino las alertas de Whatsapp. Era un comunicado del Comité Operativo de Emergencia en el que señalaba que se habían prohibido las reuniones y que serían castigados con una multa de $25.000 aquellos que las hicieren. Acto seguido llegaban otros mensajes por esa red social recordándonos (a LA GACETA) que decíamos lo contrario en nuestras notas.
Patrañas absolutas.
Los obtusos autores de esa desinformación deben estar felices. Lograron hacer el mayor de los daños. ¿Qué interés los mueve para provocar tanto malestar y confusión? Imaginemos a estas inteligencias y creatividad puestas al servicio de encontrar soluciones para nuestro día a día.
Una buena noticia falsa es la que refuerza nuestros prejuicios y opiniones. Y, esta, aún con errores de ortografía (respeta en vez de respecta) y aún firmada por la persona equivocada (el presidente del COE es el gobernador) se aprovecha del grado de violencia y de confusión social. Marc Amoros García, en su libro “Fake News, la verdad de las noticias falsas” nos enseña que “para ponderar las noticias que nos llegan están los hechos, no nuestras emociones”. Eso implicaría que antes de apretar “reenviar” en nuestro Whatsapp nos detengamos un segundo y pensemos si estamos dispuestos a hacer y propagar el daño terrible que nos han hecho.
Lo maravilloso de estas desinformaciones es que el autor o los responsables no van a ser encontrados nunca. Hace unos días en un intenso debate, los legisladores de Tucumán se preocuparon por el tema y elaboraron la inútil ley para arrestar a los que difundan estas “fake”. Esta mañana el jefe de policía podría haber metido preso a por lo menos cinco de las personas que me despertaron reenviándome esas “Fake” y lo más seguro es que ninguna de ellas haya sido la inventora de esas mentiras. Y, luego, tenía para meter preso a los que decían en base a esas falsedades que la información del diario estaba equivocada. En pocas horas todos los tucumanos vamos a estar presos.
No hay dudas que muchos buscan con estas informaciones que la realidad sea como ellos quieren, la mala noticia para ellos es que no es verdad.